Muy próxima a cumplir 58, trato de ver en perspectiva a las mujeres y hombres de mi generación, utilizando como parámetro nuestra propia experiencia de vida.
Mirando por el espejito retrovisor, en nuestra infancia las mujeres de más de 55 años, eran consideradas y tratadas como abuelas, tuvieran o no nietos; es muy probable que por no tenerlos se ganaran un sentimiento de piedad de quienes las rodeaban. Siempre tomando el abuelazgo como una etapa de ingreso a la vejez y limitación.
Cuando nació mi hija mayor, sus abuelas tenían 44 años una, 47 la otra, sus abuelos 53 y 56. Al abuelo paterno no le gustaba que lo nombraran de esa manera, aunque adoraba a su nieta, sentía que lo estaban pasando al equipo de reserva.
Hoy entrando al 2009, en nuestro entorno las cosas han cambiado, no sólo porque nuestros hijos/as acceden más tardíamente a la paternidad, sino porque se ha girado unos cuántos grados respecto al ángulo de visión de nuestras posibilidades de vida.
Somos muchas/os los que podrímos jubilarnos y no lo hacemos , o al menos hasta tener claro un proyecto delineado de cómo vamos a continuar. Entonces aparecen divagues y concreciones. No son pocos los supuestos gerontes, los más vivarachos, que van por una segunda o tercera vuelta y se treven a ser nuevamente padres.
A las mujeres no nos resulta tan fácil, por suerte nuestro equipo de reproducción caduca aproximadamente a los 48 años, y digo por suerte, porque honestamente quien se banca otra ronda completa de pañales, mamaderas, papillas, y jardines de infantes? .
Sí nos bancamos, paseos, viajes, aprender un nuevo idioma, concretar alguna actividad creativa que habíamos dejado arrumbada, rascarnos el ombligo en un playa sin sentir culpas, y redimensionar el intercambio social.
Aparecen en el escenario mujeres de 60, recientemente enamoradas que lo divulgan a los cuatro vientos sin ningún pudor y algunos galanes que son comprensivos y contenedores, como nunca lo fueron ni a los treinta, ni a los cuarenta.
Respeto por esta generación!!! , que viene pisando fuerte bajo el lema " no está muerto quien pelea".
