sábado, 29 de noviembre de 2008

El mundo que amasamos...

A nuestros hijos les dejamos un mundo conflictivo, con pocas reglas,
o algunas que proscribieron por mal uso.
Lo curioso es que ellos saben manejarse dentro del caos heredado
y somos nosotros los que nos vamos desdibujando hasta volvernos cada vez más y más invisibles.
Quisimos vencer la brecha generacional y perdimos de vista que justamente en la confrontación con el modelo es cuando el joven se vuelve adulto, eso lo obliga a pensar, a reflexionar a volverse
creativos.
Entonces funcionamos en mundos parlelos, no son sólo dos , son muchos, muchísimos.
Algunos transitamos en un mundito que no quiere darse por vencido, que desde lo poco o nada que hemos aprendido, no queremos quedarnos en la sombra del pasado sin pelear por nuestro derecho de seguir soñando, no ya las viejas utopías, sino otras nuevas.
A veces entre unos y otros tendemos puentes, llamados, abrazos, algún estímulo.
Puede ser que en el mundo que amasamos hayan quedado perfumes, alguna canción,algún pequeño regalo que sirvan a unos y a otros para saber , que tambien hubo mucho de bueno en lo vivido.

martes, 25 de noviembre de 2008

Compañeros de ruta...

La vida , que es de por sí muy generosa, suele regalarnos compañeros de ruta.
Algunos permanecen muchos años y nos ayudan a cumplir con sueños, por ejemplo,
a engendrar hijos maravillosos.
Otras son amigas, que durante años y años escuchan y comparten confidencias y están , están siempre, como solemos decir bromeando , " los maridos pasan , las amigas quedan"...
O quizás hay quienes comparten nuestro trabajo y se arman grupos " para desdramatizar la tarea".
Están los otros que irrumpen un día cualquiera, y hacen ver de nosotros cosas que nunca vimos
por demasiada ocupación, por estima por el piso, o por pereza, quizás no se queden para siempre
pero llenan de luces y color a la estadía.
Algún/a amigo/a de la infancia reaparece como en una caja de sorpresa...
Por todos ellos, gracias a la vida !!! aunque plagiemos la canción que cantamos desde los setenta.
Y que no nos falten nunca, aunque en un esquina uno gire al norte y otro al sur, la ternura siempre
queda atesorada.
Por ayer , hoy y mañana, a los compañeros de ruta MIL GRACIAAAAS!!!

lunes, 17 de noviembre de 2008

La vida es hoy mar del plata, 2008

La vida es hoy, por mucho que lo intentemos la vida que tuvimos ayer tiene poco o nada que ver con esta realidad que nos toca enfrentar en este mismo minuto.
Puede que todo sea efecto de alguna causa que amasamos con la más dulce y cuidadosa de las paciencias o el de la impaciencia que nos sacudió como torbellinos, pero sólo tenemos este instante, este presente. Con nuestra salud y nuestra enfermedad a cuestas, con nuestros sueños que nos van aguijoneando los talones, con los temores que nos van sombreando los presagios, hoy no podemos cambiar ni un minuto de los ya vividos y por mucho que planeamos los próximos caerán bajo el peso de las circunstancias .
No podemos cambiar aquellas escenas donde las palabras mal dichas sembraron distancias, no podemos llenar de disculpas los silencios largos, tan largos que nos colgaron rencores.
Sí podemos desde nuestra humilde condición de seres imperfectos comenzar a recomponer nuestro ser interior. Aceptando nuestras soledades, amigándonos con ellas, aceptando nuestras falencias, perdonándonos por ellas. Poquito a poco
Marcarnos ritmos de sueños y vigilias, ordenando recorridos para transitar cada mañana, aceptando el sol, procurándonos risas, saliendo a buscar a veces y otras esperando sin esperar demasiado, porque al fin y al cabo al otro lado de la espera hay otro lidiando con su propia realidad, tratándola con la deferencia que merece ser tratada, hecha de puro presente y de puro intento de vivir, la única empresa que no perece, vivir..
Jugamos a ser o somos? Mar del Plata, 2008
Vivimos en soledad, elegida , obligada, soledad como refugio o como condena, como nunca en los siglos inmediatos anteriores los humanos vivimos solos, pero no se trata de una soledad en medio de la naturaleza , sino en medio de multitudes.
Las multitudes mitigan las soledades o las acrecientan?, nos estimulan a jugar
a ser parte del todo, so pena de no ser nada.
Que no nos falte el estilo, ni el vocabulario, ni el maquillaje, que no nos falte la máscara porque sin ella somos pequeños seres abandonados a la inclemencia de la vulnerabilidad.
Si nos mostramos como somos podemos ser “no aptos”, “no competitivos”,
“no seductores” “ no atrayentes”.
Debemos estar de acuerdo con el “shopping” somos consumidores con pánico a no ser parte de esta maravillosa humorada del consumo, porque sería el suicidio social que quedáramos en la mesa de saldos.
La comunicación la reducimos al chat, el mensaje instantáneo, al e-mail, no hay tiempo ni espacios para las conversaciones cara a cara, y ni tiempo siquiera para una buena conversación telefónica.Y en ese exhaustivo planteo lúdico podemos ser, o sólo seguimos jugando a ser?
Los absolutos- Mar del Plata, de 2008

Al día de hoy el feminismo y el machismo son absolutos que en el mundo occidental, en el cono sur, específicamente en nuestro país no tienen mucho sentido de ser.
Existe suficiente legislación como para que todas las mujeres vivan su vida y ejerzan sus derechos, los naturales, los civiles, los comerciales sin tener que pedirle permiso a nadie, si no lo hacen es por desconocimiento, por pereza o por el uso indiscriminado de la comodidad.
Los hombres a su vez han aprendido que no son indispensables, que sin ellos podemos subsistir, comprar, vender , arrendar, firmar contratos laborales, y hasta tener hijos mediante inseminación artificial, y luego suficientes redes de contención social como para criarlos y educarlos satisfactoriamente.
Las mujeres hemos aprendido que “ el buey sólo bien se lame” y que la compañía no es un bien negociable, son muchos los hombres que organizan su rutina como para no depender de quien les lave, planche y cocine.
Por lo cual los absolutos feminismo y machismo son líneas de pensamiento en
absoluta decadencia.
Que nos queda entonces, para separarnos o para unirnos, campos de batalla, o parques de recreos?.
Nunca como antes, esta es una época de solos y solas, que deambulamos por ahí, sin tener demasiado rumbo, nos reunimos por un ratito, nos comunicamos por un momento, ante cualquier excusa emprendemos retiradas.
Nadie quiere ceder, nadie quiere escuchar las razones del otro, nadie se anima a pronunciar nosotros. Pero de una y mil maneras lloramos, algunos con lágrimas, otros con cinismo ,otros con escepticismo, y los hay quienes emprenden una y otra vez caminos de conquistas hechos de guiños seductores y palabras... muchas palabras... Aunque difícilmente damos un paso fuera del territorio de nuestra ELEGIDA soledad interior.
Es esta una sociedad que se regodea de elegir la más ABSOLUTA SOLEDAD?
O quizás , sólo quizás , LOS ABSOLUTOS NO EXISTEN.
NOSOTRAS LAS DE MÁS DE 55
Nacimos en la post-guerra en el hemisferio sur, en América latina, casi al mismo tiempo que llegaron a estas tierras la penicilina, la televisión y el derecho al voto femenino, ninguna de esa fueron circunstancias que pasarían desapercibidas en nuestras vidas.
En lo personal, sin la penicilina no hubiera sobrepasado más allá de los tres meses de vida. Sin la televisión no me hubiera enterado que el mundo era mucho , muchísimo más grande y complejo que el de mi realidad cotidiana. Sin el derecho al voto femenino, no hubiera desarrollado, o quizás sí, esa terca afición
por interesarme y opinar acerca de política.
Mientras en el mundo se afanaban en declarar que el mundo no debía soportar nunca más la afrenta de una guerra feroz, o un genocidio, en nombre de la paz hasta en los rincones más recónditos, se armaban hasta los dientes.
Los mismos héroes de libertades y democracias no respetaban los derechos de la gente de piel negra, miraban con desconfianza a los amarillos y se olvidaban impiadosamente de los pieles rojas, de los autóctonos, de los antiguos. Aunque no lo confesaran seguían fieles al concepto de razas, y por supuesto miraban con más simpatía a la blanca, sin mestizaje, a la que conservaba los bastiones de la cultura occidental.
Un mundo en el que aún con igualdad en algunos derechos, las mujeres nacían con el mandato de prepararse para ser buenas esposas, y acerca de su moralidad podían opinar, padres, sacerdotes, familiares, y el pueblo entero si habitaban en algún lugar pequeño. Deslices insignificantes como abrazos furtivos, o charlas al atardecer en algún portón resguardado despertaban furias de sospechas y se sentía atacada hasta “la honra de la familia”. Se las consideraba tan sin seso a las mujeres, que debían seguir al marido hasta donde el considerara oportuno remontar el barrilete, respetar su opinión, llevar el apellido del cónyuge y ser él el único autorizado a ejercer la patria potestad.
Miremos la realidad de frente en las décadas del cincuenta, y la del sesenta las mujeres éramos ni más ni menos que ciudadanas de segunda, mucamas con diploma .
Aún así soñábamos con el príncipe azul, delirábamos por un carta perfumada y creíamos que cocinar, limpiar y lavar en la época en que eran aún un lujo los pañales deshechables, no eran ni más ni menos que demostraciones de amor.
Eso sí para cada aniversario los maridos solían regalar unas bonitas pulseras de oro a las que “oh casualidad” llamaban esclavas.
En el mundo, aparecían conflictos unos tras otros ,como erupciones, cada vez más virulentos , cada vez más explosivos.
En los países en que los hombres “marchaban a la guerra”, cada vez con más asiduidad, las mujeres comenzaron a darse cuenta que podían y sabían trabajar, se fueron colando en colegios y universidades.
Y algún pícaro de la historia, no conforme con que las mujeres gozaran de heladeras y máquinas de escribir, inventó LA PÍLDORA ANTICONCEPTIVA .
En realidad no podemos saber si lo hizo para proteger a las mujeres, o para que los hombres no se tuvieran que hacer cargo de todas sus fechorías, o para que algún funcionario las repartiera por algunas latitudes en las que no querían que los nativos se reprodujera demasiado. Sea por la razón que haya sido las mujeres comenzamos a barajar seriamente la posibilidad de la no concepción, más allá de apretar las piernas fuertemente o de pasar haciendo cuentas en los almanaques.
Y luego llegaron LOS BEATLES, LOS HIPPIES, LAS MINIFALDAS, y señores se armó la festichola!!!.
Con un lema maravilloso “HAGAMOS EL AMOR Y NO LA GUERRA”.
Las guerras se terminaron??? DE NINGUNA MANERA!!!.
Es fácil vivir haciendo el AMOR???, NI QUE SE LES OCURRA!!!
Quizás porque nuestra generación se quedó pegadita a música de boleros, o porque no podemos entender como los mismos hijos que criamos con tanto amor hoy declaran con total desparpajo: -- a mí todo me.........(importa un pepino, es la versión no censurable) , vivimos desconcertadas, añorando no sabemos que, y mirando quien sabe que horizonte lejano, luchando denodadamente para que no nos alcance al Alzheimer, no vernos ni demasiado gordas, ni demasiado flacas, que no se nos noten demasiado las canas, mandándonos mails a lo loco , en el que el mensaje es siempre el mismo ,
“no estás sola, vamos ... tú puedes”...
Repetimos por lo bajo,--hombres, ya no quedan.... Y quizás se nos de por cantar:
“Mambrú se fue la guerra...