soy mujer...
pertenezco a esa parte silenciada de la historia,
soy mujer...
me bautizaron con códigos de castidad,
con perfiles de honrada ingenuidad,
con mandatos de cuidadora y con prohibiciones ancestrales,
soy mujer ...
me dieron un nombre que no elegí pero del que no reniego...
a mi identidad la descubrí cuando a mis pies le pude adosar las alas...
soy mujer, soy célula, piel, sudor, estremecimiento, placer y lágrimas,
soy útero, cuna, camino, sendero, recoveco...
soy ideas, luchas, convicciones, tareas y contradicciones...
soy tierra, soy agua , soy aire y soy fuego...
soy rutina, pasos cotidianos, sonrisas al pasar, pies cansados,
años en mi espalda, un nieto en mis brazos,
y también vuelo...
soy presente perecedero,
memoria de la especie,
con o sin nombre,
soy raíz y en mis ramas florezco
En mi pulso,
en mi latido,
en el verbo no dicho,
en las caricias
arrebatadas al viento,
en el tiempo suspendido,
en el perfume de las tardes,
en la risa contenida,
en el temblor de mi pecho,
estás conmigo...
Vuela mi alma
en busca de tu abrigo,
vuela a rescatar
un retazo de luna,
un abrazo de seda,
un soplo de jazmín,
un beso de menta...
vuela con la gracia de una garza
y la perseverancia de
las gaviotas...
y envuelto en tanto vuelo
mi corazón espera
que la noche de los sueños
sea eterna-
Como un pequeño gajo
que busca hechar raíces
entre las piedras y el agua,
dejé caer así mis palabras
en la tierra de las distancias
para salvar los imposibles,
los reales y los imaginarios...
si treparan a la luz,
si estallaran en brotes,
de la fuerza de la vida
serían manifestación y milagro.
Tu voz grave y profunda
me guió a un jardín de recuerdos,
entre zarzas dolorosas y tenues perfumes silvestres,
y me ví frágil, ingenua, creyente y abatida,
de alas recortadas y plumas mojadas,
para reinventarme después toda hecha rebeldía,
bravura desafiante..
tu voz me hizo preguntarmesi te recordaba,
si fuimos alegría antes del naufragio...
Si las nostalgias atraviesan
los dolores ocultos en océanos y mares...
que mi caricia llegue a tu pelo
y un beso aún adolescente
calme el fragor de tu mirada.
Agua pura,
que brota de manantiales
de ternura y tolerancia,
agua dulce
que alimenta
una tierra ya gastada,
todo vos
torrentes y lluvias
que aroman a rosas mis mañanas.
Todo mi cuerpo de agua danza ...
Fluye sin prisa y sin obstáculos
hacia ese horizonte
en el que se diluyen las lágrimas ...
Lo ancestral y lo instintivo,
lo elemental y lo eterno
tras una promesa de plenitud oceánica.
Y estás en ese paisaje
con seducción de arrullos
y tus vaivenes de aire,
brisa , huracán, tormenta y calma
Todo mi cuerpo te busca
y sin vos es incompleta la danza...
Ya no me dueles,
te guardo en mis plegarias...
ya no me hieres,
sé quien soy,
porqué te quise
y cuál es mi sueño,
ya no te temo,
sé que la vida
es siembra y camino,
tormenta y brisa mansa...
Ya no te tiemblo,
sólo abro mi corazón
para que se acerque
tu alma.
Encontré en tus palabras
manantial de fantasías,
y bebí de ellas,
sedienta, ansiosa, ilusionada...
alimenté mis torrentes,
recuperé el latido,
recordó mi piel
estremecimientos perdidos
y volví a la risa
sin aparente causa...
Quizás fueron sólo
mis fantasías...
más reencontré
el río de mi vida
buscando cauce
en playas lejanas...
Danza mi alma y vuela
hasta encontrarse
con el beso
que promete tu mirada.
Me regalas un sueño
de paisajes de dulzura,
de lluvias compartidas,
de vida pulsante ,
de fecundidad recobrada.
Danza mi sueño y vuela
hasta encontrarse
con tu tierra, tu fuego,
tu agua, tu aura.
Una y otra vez
el viento de mis sueños
me lleva
a la tierra de tus palabras.
Una y otra vez
mi cuerpo es
una danza de aguas...
para mis pies desnudos
mi piel vibrante,
mi corazón agitado,
sólo existes tú,
voz que trae la aurora
desafiando mil distancias.
Voces de seres desolados,
que en muchedumbre penan
por amores ausentes o imposibles.
Elípticas formas de cantarle a la vida
sin poner el cuerpo ,la garra,
la sangre ,sus tierras y sus aguas.
Seres que llaman al amor y no lo nombran
, quizás temiendo quedar indefensos
y cubiertos de heridas.
Seres errantes ,
y entre ellos vos y yo,
sedientos, vacilantes.
Una y otra vez
el viento de mis sueños
me lleva
a la tierra de tus palabras.
Una y otra vez
mi cuerpo es
una danza de aguas...
para mis pies desnudos
mi piel vibrante,
mi corazón agitado,
sólo existes tú,
voz que trae la aurora
desafiando mil distancias.
Hay tardes de domingo
en que la soledad muerde el alma,
y te llamo
sin saber ya tu nombre,
porque me quedó en la piel
una huella lejana...
como una melodía
con sabor a nostalgia.
Y me pregunto
si pasaste a mi lado
sin que te advirtiera,
o si encaramado
en tu propia filigrana
también dibujas tu espera-
Blancas flores del otoño,
de aroma dulce y embriagante
saludan al languidecer
de la tarde,
tú existes y eso basta
para un esperar esperanzado
del mañana...