miércoles, 12 de enero de 2011

si la luna fuera ajena

Si no existiera
entre nosotros
más que la fugacidad
del sentirnos estremecidos
por el deseo macerado
en la danza de nuestras palabras...
si la luna fuera ajena
y los aromas hurtados,
si fuera un capricho
de existencias distraídas
el habernos y no habernos encontrado,
te guardaré
entre mis tesoros de ternura,
entre mis agradecimientos
por sentir, por sonreír,
por seguir vibrando.