Cuando mis sombras entiendan
que ya te fuiste,
que entregar la vida
fue quedarme con poco y nada,
que nadie puede darme
lo que no me diste...
que sólo queda reconstruirme,
soltar el llanto,
cruzar el día a día
y recomenzar cada mañana.
Cuando mis sombras
dejen de nombrarte
podré mirarme hacia adentro
y pedir por mí
el cariño que me hace falta.